Reflexión homilía Padre Guillermo Rodríguez
Evangelio de Lucas 17,20-25
Te dejamos aquí un pequeño resumen de la homilía del padre Guillermo
Lectura: El texto de la Sabiduría nos muestra diferentes características que nos llevan a pensar en tres partes fundamentales que el padre Guillermo nos propone en la homilía.
La primera, “La sutilidad de la sabiduría”. Así como la presencia de Dios en la vida de los cristianos es sutil, así se vuelve la sabiduría; esta no busca llamar la atención, sino actuar de manera precisa en la vida de los creyentes. Como Dios va llenando cada espacio de nuestro corazón respetando nuestra propia libertad de amarlo.
La segunda, “La sabiduría diáfana” (Transparente), no tiene oscuridad, así como Dios en nuestra vida con su presencia, se vuelve transparente-diáfano.
La tercera, “La sabiduría es amante del bien” La persona sabia no usa esa sabiduría para destruir o hacer daño, siempre esa sabiduría será amante del bien y la bondad, limpio en quien vive en la presencia de Dios, manifestándolo a él mismo a través de sus actos.
Si en nuestra vida y en nuestro corazón existe esta sutilidad, el reino de Dios ya estará entre nosotros.
En el Evangelio, nos muestra el Señor como debemos actuar frente a las situaciones que se nos presentan, un ejemplo de ello podría ser todo lo que actualmente sucede con el problema de salud pública al que el mundo entero se sigue enfrentando, aún después de un año de haber empezado.
Jesús siempre ha estado en medio de nosotros y la invitación que su palabra nos hace hoy se podría pensar así: ¿Por qué esperar?.
La respuesta a esta pregunta podría ser que Jesús ya está aquí en medio de nosotros. En la Iglesia, en tu vida y en tus actos, ahí se encuentra el Señor. Y lo importante de todo esto, no es solo que el Señor esté manifestado en medio de todas las cosas, sino que a través de cada uno de nosotros lo podamos hacer presente y evidente.
Por esta razón, la invitación del texto de la sabiduría es una parte fundamental a seguir a Jesús de una manera sutil y diáfana, haciendo el bien todos los días y haciendo evidente que Jesús ya se encuentra entre nosotros.